viernes, 11 de octubre de 2013

Nota de Opinión

LA EMPRESA SUSTENTABLE


Por Dr. Claudio Rodríguez Agüero
Autor del libro: “El Gerente Sustentable”
www.rodriguezaguero.com


Un negocio sustentable tiene que ver con todo lo que ofrece. Su cultura, los valores, el compromiso con los recursos humanos, su coherencia, ética organizacional y sobre todo, su actitud. Es la concepción holística de una aplicación transversal que se derrama y difunde en cada práctica, en cada tarea, en cada diseño y en cada expresión del producto o servicio que brinda.

Exudar valores inalterables es sólo el principio de un proceso que no tiene fin, en cual sus principales beneficiarios serán las generaciones futuras.

La empresa sustentable se hace y siente responsable por todo lo que provocan sus prácticas. Honra su palabra siempre y se pone a disposición permanentemente para reparar cualquier perjuicio que pudo haber provocado en algún momento determinado como consecuencia de su inacción. Revisa, replantea y dialoga constantemente sus asignaturas pendientes, socializando sus experiencias, haciéndola más sabia y creíble.

Desde este enfoque las organizaciones - a través de sus ejecutivos - apelan a “generar reacciones humanas” desde las entrañas de sus operaciones; no desde un sentido compasivo sino desde la “expresión sensible y orgánica de sus actitudes”. Para ello, deberán permanecer permeables a las demandas sociales del cual son parte, trabajando con la realidad de su entorno, comprometiéndose a entender y atender las necesidades de las comunidades con las que interactúan. 

Una empresa siente, cuando se propone entender lo que le ocurre a su comunidad e implementa acciones y programas de “empatía organizacional”.

La organización tomará a la Sustentabilidad como modelo de negocio y no como un aspecto más a implementar, enfocando todos sus emprendimientos a estar más cerca de la gente. Y al hacerlo estará contribuyendo de una manera más eficaz, honesta y responsable con el planeta, generando a su vez, conciencia. 

Esta actitud funciona como una arenga ejecutiva que pone en ejecución dinámica, todos los valores subyacentes de la empresa. Los mecanismos no son tan complejos como muchos piensan, sino que lo más difícil está en tomar la decisión de pensar en hacer sustentable cada acción corporativa. 

Teniendo en cuenta como gira el mundo, una empresa comprometida con el ecosistema instala valores desde su visión o los reinstala y predica permanentemente, porque sabe que estos actúan detonando una sinergia contundente que se difunde sobre todo el accionar organizacional. 

Para este tipo de empresas, sus empleados son el activo intangible más preciado y como tal, los trata. Haciéndolos parte del proceso, de sus resultados y beneficios. Estas estructuras definen su foco de interés en la generación de relaciones saludables, duraderas y justas donde sus proveedores juegan un papel fundamental en ello. Esto es posible, conjugando varias acciones previas que, luego deberán ser comunicadas a los “grupos de interés”, siendo fundamental que tanto el contenido como la tarea de hablar con ellos, sea cuidadosamente revisada y ejecutada por los más altos ejecutivos.

Por todo lo expuesto, concluyo que ser una empresa sustentable es declarar voluntaria y públicamente querer formar parte de la solución y no del problema. 

Implica involucrarse en la solución de los conflictos sobre todos, aquellos que comprometan la calidad existencial de la raza humana y su hábitat natural. 

Esto no podrá lograrse si no se institucionalizan valores tales como: transparencia, humildad, coherencia, honestidad, equidad, excelencia, ética, solidaridad y una permanente vocación por el servicio y la verdad. Porque en definitiva, el Hombre es “ambiente” ya que su existencia es inmanente al mismo, es decir, va unida de un modo inseparable a su esencia.


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